Ten claro qué vas a desayunar.
Este es el paso más importante y que te ahorrará más tiempo. Planea tus desayunos semanalmente para que tengas todo lo necesario y puedas organizarte.
Fruta picada
Pela y parte la fruta de tu elección y guárdala en el refrigerador. Al otro día puedes comerla sola, agregarla a una avena, utilizarla en un licuado o añadirle yogurt o queso cottage.
Verdura picada
Deja rebanada la verdura para tu omelette, cocido y picado el nopal para tu ensalada, desinfectada la lechuga para tu sándwich…
Jugo
Desinfecta y parte los ingredientes de tu jugo favorito. Guárdalos en el refrigerador y al día siguiente solamente tendrás que ponerlo todo en la licuadora.
Programa la cafetera o tetera
Para que empiece a funcionar a la hora que te convenga, si no puedes programarla, al menos deja el café y el agua puestos para que únicamente tengas que apretar un botón.
Cocina con anticipación
Una noche antes puedes dejar lista la salsa para las Enfrijoladas, pico de gallo para las sincronizadas, las salsas picantes, los frijoles machacados, las verduras cocidas…todo lo que pueda representar un ahorro, aunque parezca mínimo, vale la pena hacerlo.
Quesos
Deja los quesos picados, rebanados o deshebrados.
Avena cocida
Cuece avena en agua con canela y vainilla, déjala enfriar y guárdala en el refrigerador. Al día siguiente puedes comerla fría o caliente, agregarle leche de vaca o vegetal y los complementos que gustes: fruta, nueces, almendras, chía, canela en polvo, miel, pasitas… Incluso puedes cocinar una buena cantidad de avena un día y recalentarla en los días subsiguientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario